Cuando te pasa algo, en función de la gravedad de la situación tienes básicamente tres opciones: pedir cita con tu médico de cabecera y que decida las medidas oportunas, ir a las urgencias del centro de salud o acudir a las urgencias del hospital de tu zona. A veces puede ser difícil saber cuándo tienes que optar por una opción u otra, pero vamos a intentar orientarte.
Dos tipos de centros sanitarios para usos diferentes
El hospital y el centro de salud cumplen unos objetivos diferentes. Normalmente, los ambulatorios tienen como objetivo poder resolver los problemas sanitarios más comunes, además de asegurar un seguimiento global del paciente, y mandarle a los especialistas competentes cuando sea necesario. Los hospitales, en cambio, disponen de recursos avanzados, equipos tecnológicos, médicos de todas las especialidades, camas para ingresar pacientes, quirófanos, etc. Su propósito es tratar los casos más graves, de mayor riesgo o los que necesitan recursos más amplios.
Pero ahora supongamos el caso de una persona que vive en el barrio madrileño de Aravaca, vamos a ver si debería ir a un hospital en el norte de Madrid o acudir a su centro de salud, según su situación. Como bien puede entender el lector, este artículo es meramente orientativo, cada caso médico es diferente: hay síntomas que pueden parecer graves y no lo son, y viceversa, y tampoco podemos pretender ser exhaustivos en un artículo de unos párrafos.
¿Cuándo ir a las urgencias del hospital?
Como es lógico, es recomendable ir al hospital cuando el problema probablemente no vaya a poder ser tratado eficazmente en un centro de salud, por falta de medios técnicos y/o humanos. En esos casos, ir al ambulatorio puede hacer perder un tiempo crítico para el paciente.
Algunos de los síntomas de alarmas para preferir las urgencias del hospital pueden ser:
- El dolor de pecho, cuando es síntoma de infarto. Las situaciones pueden variar según los pacientes, pero un dolor de pecho que irradia hacia el brazo, la mandíbula o la espalda, o que viene acompañado con sudores fríos o mareos suele indicar que algo no va bien. Pero el dolor de pecho también puede deberse a la ansiedad, el reflujo u otras causas.
- Los golpes. Una caída, o un golpe imprevisto en la cabeza pueden tener consecuencias importantes, y es mejor acudir al hospital para poder descartar traumatismos importantes. Igualmente, en caso de fracturas, será necesario hacer una placa y el hospital está mejor equipado que el centro de salud para resolver el tema.
- Los accidentes cerebrovasculares. El ictus se debe a un infarto a una hemorragia que se producen en el cerebro. Los síntomas habituales son la debilidad o el entumecimiento de la cara, pierna o brazo o de un lado del cuerpo, la dificultad para entender o hablar, la confusión, la pérdida de equilibrio, los mareos, la dificultad por ver con uno de los ojos, el dolor de cabeza intenso, etc. En este tipo de caso, la rapidez es clave, y acudir al hospital para que se detecte y se trate el ictus es fundamental.
- Los síncopes. Las pérdidas de conocimiento repentinas a menudo tienen unas causas muy fáciles de identificar, como el estrés o el calor, se disipan al minuto y no tienen mayores consecuencias. Sin embargo, especialmente en casos de personas de mediana o avanzada edad o de personas con enfermedades conocidas (particularmente respiratorias o cardiovasculares), es mejor acudir al hospital por si la causa del desmayo fuera algo más grave que un simple factor ambiental y temporal.
- Otra señal de alarma para acudir al hospital son los sangrados, especialmente los digestivos (sangrados rectales y vómitos con sangre), los esputos con sangre y cualquier sangrado abundante tras una herida. Además de parar la hemorragia, de quizás tener hacerle una transfusión al paciente, en muchos casos se necesita resolver la causa original del sangrado. Para todos esos supuestos, en general un hospital está mejor equipado y preparado que un centro de salud.
- Hay más motivos para acudir al hospital, como por ejemplo cuando una mujer embarazada está a punto de dar a luz o sufre alguna complicación con el bebé, y muchos más. Pero el propósito del post es ilustrar las principales diferencias.
¿Cuándo ir al centro de salud?
- Cuando no hay urgencia inmediata, lo recomendable es pedir una cita con el médico de cabecera, que valorará los síntomas y pedirá una cita con un especialista si es necesario. En caso de que el médico considere que la cita debe ser rápida, existen protocolos para poder ver a un especialista en poco tiempo.
- Para las enfermedades más habituales, como la gripe, el resfriado, la gastroenteritis, etc, no es necesario acudir a urgencias del hospital, y normalmente tampoco a las del centro de salud. Eso sí, en caso de que esas enfermedades habituales se compliquen, y especialmente con pacientes de mayor riesgo (niños, ancianos, personas con enfermedades respiratorias), puede ser necesario acudir al hospital. Pero no es el caso general. Normalmente nuestros propios cuerpos solo necesitan tiempo para vencer a los virus o bacterias, y un poco de ayuda de alguna medicina que nos pueda recetar el médico de familia.
- Algunas circunstancias pueden ser dolorosas y/o urgentes, como un dolor de muela, un corte que necesite unos puntos, o una reacción alérgica molesta. En la inmensa mayoría de esos casos, los ambulatorios están suficientemente equipados y tiene personal cualificado para resolver el problema.
Sé que muchos lectores pensarán que estoy diciendo obviedades, y claro, a nadie se le ocurriría ir a colapsar las urgencias de un hospital para un caso menor. Pero esa es la teoría. En la práctica, muchas personas, por diferentes motivos, acaban yendo al hospital. A veces por un exceso de prudencia, a veces porque exageran la gravedad de lo que pueden tener, otras porque no tienen la paciencia de esperar a ver a su médico de confianza, o cualquier otro motivo insuficiente. Así que espero que este post ayude a que todos hagamos un mejor uso del hospital y de las urgencias.
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