En otras oportunidades, habíamos analizado los beneficios de algunas de las frutas más habituales del verano, como el melón o la sandía. En esta ocasión le toca el turno al albaricoque, una fruta con propiedades muy interesantes. Como ya sabes, es importante comer cinco raciones de frutas y verduras cada día, variando los alimentos, y por eso nos interesamos hoy al albaricoque.
¿Qué contiene el albaricoque que lo hace tan interesante?
- Antioxidantes. El albaricoque contiene diferentes variedades de antioxidantes, especialmente de la familia de los flavonoides. Esos elementos permiten prevenir ciertas enfermedades crónicas, ciertos cánceres y en general las enfermedades cardiovasculares.
- Carotenoides. Esos pigmentos muy reconocibles (por el color naranja) se encuentran en grandes cantidades en las zanahorias, pero también son presentes en frutas como el melón, o en el caso que nos interesa hoy, el albaricoque, especialmente en la piel de la fruta. El beta-caroteno contenido en esa fruta tiene la capacidad de transformarse en vitamina A en nuestro organismo. Es interesante destacar que los carotenoides se absorben mejor en nuestro organismo cuando se ingieren junto a una pequeña cantidad de grasa.
- Fibras. Una ración de 100 gramos de albaricoque fresco contiene alrededor de 2 gramos de fibras. No es una cantidad enorme, pero representa entre un 6% y un 8% de la aportación diaria recomendada. Y las fibras son muy útiles para prevenir el cáncer de colón, el estreñimiento y los problemas digestivos en general.
- Además contiene vitamina A, hierro y cobre, para solo mencionar algunos de los elementos y nutrientes más importantes. Al nivel energético, es una fuente principalmente de carbohidratos, con unos 11 gramos por cada 100. Contiene relativamente poca proteína (1,5g) y grasa (0,4g).
¿Albaricoque fresco o seco?
Dado que el albaricoque es una fruta de temporada que tiene como característica poder consumirse también en su versión seca (como las ciruelas, las uvas y otros frutos secos), es interesante preguntarse si merece más la pena comerlo fresco o seco.
Por norma general, la composición de ambas frutas (fresca y seca) es la misma, salvo por su contenido en agua. Eso tiene un efecto en la saciedad que hace que nos comeríamos mucho más fácil grandes cantidades de frutos secos que de fruta fresca. Como el albaricoque es una fuente importante de azúcar, hay que saber no abusar de las cantidades ingeridas.
El albaricoque tiene una mayor concentración de elementos (porque no tiene agua), por lo que se le considera una mejor fuente de hierro o de cobre que el albaricoque, y lo mismo pasa para muchos elementos, salvo la vitamina C, que aparece en la fruta fresca.
Probablemente, lo ideal sea consumir albaricoques frescos durante la temporada (variando con otras frutas, por supuesto), y fuera de temporada, puede ser interesante integrar a la dieta el albaricoque seco, siempre variando con otros alimentos, por supuesto. No olvidamos nunca que necesitamos aportaciones variadas de diferentes fuentes.
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