¿Sirve de algo hacer unos buenos propósitos de fin de año?

buenos propositosCuando se acerca el fin de año, muchas personas aprovechan el momento para anunciar que van a cambiar en uno o varios aspectos. Trabajo, salud, deporte suelen ser las áreas más habituales de esos buenos propósitos que sin embargo rara vez se cumplen. ¿Sirve de algo hacerlos? Te propongo unos consejos para convertir tu voluntad de cambio en un éxito.

No hagas una declaración de intenciones: toma una decisión

Probablemente uno de los mayores motivos por los cuales fracasan los buenos propósitos de principios de año es que se toman demasiado a la ligera. El mismo momento en el que se toman es un indicio de ello. ¿Por qué expresar esas intenciones a finales de año o a finales de las vacaciones de verano? Es cierto que esos momentos se asocian con el cambio y la renovación, pero también son factores externos. Es decir, hacer esos buenos propósitos parece venir más de influencias ajenas (fechas) que de una decisión propia. Y allí está una de las claves del fracaso: si hacemos una declaración de intenciones motivada por la época del año y no tomamos una decisión, entonces no contratamos un compromiso verdadero con nosotros mismos, y es muy difícil que consigamos cambiar.

Por eso te invito a que no hagas buenos propósitos, sino compromisos. Sea el momento del año que sea, y aunque lo hagas a mitad de marzo, no importa: lo que cuenta es que tomes un compromiso contigo mismo, y lo cumplas.

Haz cambios graduales

Tienes que ser realista. No puedes cambiar todo de una vez. Toma decisiones como pasos progresivos. Si no hacías deporte, empieza por moverte un poco, caminando más, o saliendo a correr de vez en cuando. No hace falta que te apuntes a un gimnasio. Si quieres dejar de fumar, acepta que puedas engordar un poco al principio, ya tomarás acción para solucionar la subida de peso más adelante.

Los cambios drásticos son muy difíciles de conseguir. Puedes hacer un buen propósito, pero luego desanimarte cuando veas la magnitud del esfuerzo necesario. O puedes lanzarte con mucha ilusión, y abandonar después de poco tiempo al ver que este cambio exige demasiado de ti. Es mejor un pequeño cambio en el buen sentido que no hacer ninguno.

Reserva espacios para los caprichos

A veces la satisfacción de haber conseguido cambiar es suficiente premio, otras veces no basta. En este segundo caso, puede ser interesante que te autorices algunos caprichos. Déjame ponerte unos ejemplos.

  • Si has decidido comer más sano, y lo estás cumpliendo, puedes comerte algo menos sano de vez en cuando, sin sentirte culpable ni convertirlo en un consumo habitual.
  • Si está saneando tus finanzas personales, y ahorrando para pagar las deudas, puedes pagarte un capricho de vez en cuando, siempre que no eche por atrás lo conseguido, y con el objetivo de mantener tu motivación.
  • Si has dejado de fumar, puedes por ejemplo pagarte una sesión de spa para premiar a tu cuerpo con un momento de relajación.

buenos propositos 2Busca personas con los mismos propósitos

A veces, compartir la experiencia puede ser una forma más eficiente de cumplir con el objetivo. Si has decidido ir a correr, será más fácil si encuentras a otra persona que te quiera acompañar. Lo mismo si dejas de fumar y la persona que vive contigo también lo deja a la vez. Pero no te equivoques: el compromiso lo tienes contigo mismo. Si las otras personas acaban abandonando, tú no tienes por qué hacerlo, ni ellas serán responsables si no cumples tus objetivos. Echar la culpa a los demás es demasiado sencillo.

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