Aprender a decir no es fundamental para tu bienestar

¿Cuántas veces has dicho que sí a peticiones que hubieras querido rechazar pero no te atreviste? Vamos a ver los motivos más habituales para aceptar propuestas en contra de nuestra voluntad, y sobre todo veremos como aprender a decir no para que puedas actuar en función de tus propios deseos, no por obligación. ¿Estás preparado? Puedes decir que no y volver a este artículo más tarde.

¿Por qué decimos que sí cuando realmente no queremos?

Cuando lo piensas, parece un poco absurdo que seamos capaces de aceptar propuestas que en realidad no nos interesan lo más mínimo, o a veces van directamente en contra de nuestro bienestar. Normalmente, detrás de esas aprobaciones, hay alguno de esos motivos:

  • El miedo a decir que no. Ese miedo puede coger varias formas. Quizás te preocupe tener que entrar en un conflicto por culpa de tu negativa. O que te critiquen, te juzguen e incluso te tilden de egoísta. A lo mejor tienes miedo a herir los sentimientos de la persona, o piensas que si dices que no, luego empezarás a reflexionar sobre el tema y te sentirás culpable por no haber dicho que sí. Es posible que tu miedo sea otro, pero al final la conclusión es la misma: preocuparte por las posibles consecuencias negativas de decir no te lleva a aceptar algo que no te gusta. Pero el miedo no es real. Es una anticipación de todo lo malo que podría suceder. Un producto de tu imaginación negativa.
  • Han rebatido tus argumentos. Te hicieron la propuesta. En un primer momento te opusiste, justificando tu postura. Pero la persona que te hacía la petición reventó tu argumentación con su propia lógica, y no te dejó otra opción que aceptar finalmente.
  • Eres víctima de tu educación y prejuicios culturales. Hay personas que piensan que decir no es una falta de educación, y por lo tanto dicen sí siempre que alguien les pide algo.
  • Piensas en los demás antes que en ti mismo. Si te pide un favor alguien que consideras importante, como un amigo, un familiar, tu pareja, un compañero de trabajo o un jefe, no te lo piensas dos veces y aceptas para ayudarles. Esa actitud en realidad revela una falta de autoestima. Si actúas así es porque piensas que las necesidades de los demás son más importantes que las tuyas.

El primer paso es tu toma de conciencia

Voy a suponer que si has llegado hasta este artículo es porque te has dado cuenta que dices sí con demasiada facilidad, y te gustaría poder decir no más a menudo. Eso ya sería un indicio de que te has dado cuenta de que hay un problema. Pero como también puedes haber descubierto este post por casualidad, voy a insistir un poco sobre la importancia de la toma de conciencia.

Los motivos que expliqué antes tienen todos un punto en común: las personas que no saben decir que no cometen el error de no poner sus vidas y sus prioridades por delante de las de los demás.  Llegan a darse cuenta de que están actuando en contra de lo que les gustaría, pero no toman acción. Y eso es muy importante. ¿Estás dispuesto a tomar las riendas de tu vida y a no dejar que los demás te hagan hacer cosas que no quieres? Si la respuesta es un sí, entonces sigue leyendo. Si no, no pierdas el tiempo.

Como aprender a decir no

Hay varias técnicas para conseguir decir no a los demás. Requieren un poco de práctica, porque somos animales de costumbres y a veces es difícil acertar a la primera. Pero si las memorizas y las vas aplicando, te darás cuenta de que funcionan, y verás cómo cada vez es más fácil para ti decir que no.

  • Consejo nº1: Decir un no claro. Tu mensaje tiene que ser claro. Si pareces dudar, estarás invitando a la otra persona a intentar convencerte para que accedas. Eso sí, ser claro no significa ser grosero. Tienes que decir no, pero de forma educada. Muchas veces, con un simple “lo siento, no puedo” o un todavía más honesto “lo siento, no quiero” dejas tu postura muy clarita y la otra persona no va a insistir.
  • Consejo nº2: No dar explicaciones. Si justificas tu negativa estás cometiendo dos errores. El primero es que da la sensación de que querías decir que sí, pero que no puedes, por lo que la otra persona percibe que te podría convencer. El segundo error es que los argumentos que des se podrían volver en tu contra si la otra persona les da la vuelta. Por ejemplo, si dices: “lo siento, no puedo ir, esta tarde tengo que limpiar mi casa”, te pueden responder varias cosas, como por ejemplo “tu casa ya la puedes limpiar mañana, pero el plan que te digo es hoy”. Querer explicarse es un mecanismo muy humano. No queremos ser maleducados, y queremos que la otra persona no se ofenda por nuestra negativa, y la explicación parece una solución adecuada para poder negarse de forma suave, pero en realidad, conlleva más problemas que otra cosa. Es difícil perder la costumbre de justificarse, pero con práctica lo puedes lograr. ¡Persevera!
  • Consejo nº3: Mantener el no. Todo sería mucho más fácil si las personas aceptasen un no por respuesta a la primera. Por desgracia no es así. Muchas personas van a insistir. En cuyo caso no tienes que tener miedo a simple responder lo mismo. Puede que tengas que repetir 4 o 5 veces el mismo “lo siento, no puedo”, pero si aguantas al final dejarán de insistir. En este momento es muy importante no caer en la tentación de dar explicaciones (ver punto anterior).
  • Consejo nº4: Adaptarse al interlocutor. Las técnicas que hemos comentado antes funcionan bien en general, pero pueden quedarse cortas en algunos casos, como por ejemplo con las personas manipuladoras, que puedes encontrarte en el trabajo o en una relación de pareja tóxica, o incluso en relaciones con amigos y familiares. La persona manipuladora probablemente no aceptará tu negativa, y te insistirá para que le des una explicación, para luego poder desmantelarla y obligarte a aceptar su propuesta. Pero existe una técnica contra eso: usar lo contrario del consejo nº1. En lugar de la claridad, respondes con evasivas y formulas vagas con palabras como quizás, a lo mejor, puede ser…  Así no te comprometes y no haces nada. Si la persona es muy insistente, puede ser complicado, pero con paciencia y perseverancia puedes evitar hacer lo que no quieres.
  • Consejo nº5: Ganar tiempo. No tienes por qué responder siempre en el momento. Cuando te proponen algo y no quieres hacerlo, dile a tu interlocutor que tienes que pensártelo. Esa técnica tiene varias ventajas. Además de ganar tiempo, ya le estás diciendo a la persona que es posible que respondas que no, y la estás preparando para recibir tu negativa. Además, cuando finalmente dices no, demuestras que no has respondido sin analizar la situación, lo que da más valor a tu respuesta.
  • Consejo nº6 Proponer alternativas. En lugar de justificarte, si quieres que la otra persona no se sienta mal puedes proponer alternativas. Eso sí, no te vayas comprometiendo a nada. Habla de posibilidades en el futuro. Así suavizas tu no, pero sin renunciar a tus prioridades.
  • Consejo nº7 Hablar de lo que sientes. Eso es especialmente importante en relaciones con la pareja, los amigos y la familia. Muchas de las peticiones que te hacen vienen con un componente emotivo, y tú puedes sentir que si dices no, vas a ir contra el bienestar de la persona que te importa. Pero si razonas así, estás olvidando que tú también eres importante. Por lo tanto, tiene mucho sentido que acompañes tu respuesta negativa de tus propios sentimientos. Empieza tu respuesta con un “yo quiero tal, mi prioridad ahora mismo es cual” o algo similar. Incluso, si piensas que alguien se está aprovechando, puedes decirlo, no como una afirmación “¡te estás aprovechando de mi por ser bueno!” sino como un sentimiento “a veces, tengo la sensación de que te aprovechas de mis buenos sentimientos, ese tipo de peticiones me hace sentir así”. Son tus sentimientos, y para ti son los más importantes. Más que los de cualquier otra persona. Eso no es egoísmo, que no te engañen. Eso es quererse a uno mismo.

Las ventajas de decir no

Hay muchas ventajas, pero solo voy a citar las más importantes:

  • Dejas de actuar en contra de lo que quieres y piensas. Es evidente, pero es el principal motivo por haber leído este artículo para aprender a decir no, ¿verdad?
  • Te liberas de relaciones tóxicas. Algunas personas están a tu lado solo para poder conseguir cosas de ti. Cuando empiezas a defender tu posición, desaparecen.
  • Tienes más tiempo para ti. En el ámbito laboral, decir sí a todo te convierte en un prisionero del trabajo, y dejas de tener tiempo y fuerzas para lo que realmente te importa. En otros ambientes, hacer lo que te piden los demás también te resta tiempo para lo que quieres tú.
  • Te respetan más. Sí, al contrario de lo que piensan tus miedos o tu educación, ganas puntos al decir que no. Normalmente a las personas que no se dejan manipular y saben decir “no” se les respeta más. Demuestran tener autoestima, ser independientes y por lo tanto, cuando dicen que sí, se les da más valor.

Antes de terminar, quería decir que aprender a decir no, y decir no a todo son dos cosas muy diferentes. A veces, en la vida vas a decir que sí a algo que no te apetece. Por ejemplo, a nadie le apetece ir a un funeral, y sin embargo vas porque quieres ir a apoyar a un amigo en ese momento difícil. Saber decir no a las peticiones que quieres rechazar es solamente tener la opción real de elegir en función de tus prioridades, no en función de obligaciones o manipulaciones externas.

Te invito a compartir tus experiencias en la sección de comentarios. Moderamos.

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