La práctica del deporte provoca la generación de sustancias químicas que influyen positivamente sobre el estado de ánimo. Pero, los beneficios de practicar una actividad física para la mente son más amplios, con efectos positivos a largo plazo. Te voy a explicar por qué deberías plantearte hacer ejercicio si no lo estás haciendo ahora.
Nunca ha sido tan fácil practicar deporte
Hoy en día, tienes a tu disposición decenas de opciones para entrenar y hacer ejercicio. Puedes ir a correr a un parque, apuntarte a clases de baile, nadar, practicar algún deporte de equipo, ir en bici, y mucho más. Además, seguro que cerca de tu casa tienes alguna instalación deportiva que puedes aprovechar. Y no hace falta que vivas en la capital de tu país. Si buscas gimnasios en Mérida (México), en Córdoba (Argentina) o en Valencia (España), seguro que encontrarás un sitio con todo tipo de aparatos y clases.
La relación entre ejercicio y felicidad
Hacer deporte mejora el estado de ánimo a corto y largo plazo. Como además es una actividad muy recomendada para tu salud física, queda claro que practicar al menos 30 minutos de ejercicio cinco veces a la semana es buena idea. Pero, vayamos al propósito del artículo. Te voy a detallar como el deporte afecta positivamente tu bienestar mental.
El efecto directo de las sustancias químicas
La actividad física tiene un impacto sobre la secreción de dopamina, adrenalina y endorfinas. Todas esas sustancias influyen sobre procesos cerebrales y causan una sensación de bienestar. De hecho, el efecto de las endorfinas puede llegar a generar una sensación de euforia, puesto que esas hormonas tienen efectos similares a la morfina, pero a una escala mucho más reducida.
Otro efecto directo de la actividad física es la reducción del estrés. La mayor parte se debe a que las endorfinas ayudan a que te relajes, y por lo tanto que baje tu tensión nerviosa. Pero también influye que la actividad física te obligue a centrarte en sensaciones físicas y en el esfuerzo, lo que te aleja de los pensamientos estresantes y preocupaciones que puedas tener en ese momento.
Duermes mejor
Si estás más relajado, es lógico que te cueste menos dormir, y por lo tanto que puedas conseguir un descanso de calidad. Además, al haber practicado una actividad de cierta intensidad, tienes un agotamiento físico que te ayuda a coger el sueño.
Eso sí, para no perjudicar tu descanso, no debes hacer deporte de intensidad en las cuatro horas antes de irte a la cama. Porque el ejercicio activa el metabolismo no solo durante la práctica del deporte, sino también unas horas después.
Te sientes físicamente bien
¿Alguna vez has hecho la prueba de las escaleras? Prueba a subir tres o cuatro plantas. Si no estás acostumbrado a hacer deporte, muy probablemente te quedes un poco sin aliento al llegar arriba. Y en otras muchas situaciones de la vida, cualquier esfuerzo físico te costará bastante.
Sin embargo, cuando ya llevas tiempo haciendo ejercicio regularmente, este tipo de pequeños esfuerzos no te cuesta nada. Dejas de sentirte cansado en cada obstáculo que te pone la vida. Al contrario, te sientes más fuerte, más liviano, y eso influye positivamente en tu estado mental.
Además, a largo plazo el ejercicio reduce el riesgo de padecer enfermedades. Y si estás más sano durante más tiempo, generalmente te sentirás más feliz.
Tienes mejor autoestima
Hacer deporte también te permite tener una mejor silueta, y tonificar tu cuerpo. A menudo, eso hará que tengas una mejor percepción de tu aspecto físico. Eso también ayudará a mejorar tu autoestima, y por ende tu bienestar mental.
El estado de ánimo, un motivo más para hacer deporte
Como dije antes, el principal motivo para tener un mínimo de actividad física diaria es cuidar tu salud a largo plazo evitando el sedentarismo. Pero, si no te parece un motivo suficiente, entonces lo que te acabo de contar sobre la felicidad asociada a la práctica del deporte debería convencerte. Si te pones en serio con adoptar una rutina de ejercicio, verás como tu estado de ánimo mejora mucho.
No hace falta que te fijes objetivos muy exigentes. Lo importante es tener al menos media hora de deporte de intensidad moderada varias veces a la semana. ¡Pruébalo! Verás como merece la pena.