Un clásico navideño para las parejas es el dilema que consiste en decidir dónde pasar las fiestas. Me refiero, por supuesto, al debate entre pasar la Navidad con una familia política o con la otra. Puede llegar a ser una fuente de tensión, pero no debería serlo, porque, desde que las cosas estén claras y basadas en el acuerdo y la generosidad, siempre se encuentran soluciones. Así que, analicemos las opciones para pasar las Navidades en pareja. Son bastante más que las que imaginas.
Pasar las Navidades en pareja suele significar elegir una familia
La Navidad es una tradición en la mayoría de las familias. Y, como consecuencia, es lógico que cada miembro de una pareja quiera pasar al menos una parte de las fiestas junto a sus padres, hermanos, sobrinos, abuelos y demás. Si tanto la pareja como sus familias respectivas viven cerca, no hay demasiada complicación. Basta con pasar la cena de Nochebuena en casa de unos y la comida de Navidad con los otros.
Pero, claro, las cosas se complican cuando ambas familias viven en lugares alejados. Si una familia es de Galicia y la otra de Murcia, no hay forma de compartir las fechas. Y cada vez hay más familias internacionales, complicando aún más las cosas.
Sin embargo, si no se puede repartir la presencia durante la misma Navidad, es perfectamente factible pasar las fiestas en pareja con cada familia alternativamente, según los años. Se empieza por una, explicando a la otra que le tocará para las Navidades siguientes.
La rotación no tiene por qué ser muy estricta
Quiero subrayar que, siempre que las cosas se hagan con comunicación y sentido común, y con el debido tiempo de anticipación, no hay por qué mantener una rotación estricta. Por ejemplo, si un miembro de una familia está delicado de salud, se entendería que se repitiese presencia para acompañar a esa persona.
La comunicación en pareja es lo más importante para las Navidades
Dicen los psicólogos, que al igual que durante las vacaciones de verano, la época de las Navidades suele significar muchas crisis de parejas, que en ocasiones llegan hasta la ruptura. Pero eso ocurre solamente porque las personas han descuidado su relación durante mucho tiempo. Cuando llega el periodo navideño, disponen de más ratos para estar cara a cara con sus parejas, y se dan cuenta de lo que falla, justo en un momento de tensión y decisiones.
Pero una pareja sólida, que suele comunicar habitualmente, no tiene por qué temer las Navidades. Puede perfectamente resolver cualquier dilema que se presente sobre dónde y con quién celebrar las fiestas. Siempre que se haga desde el respeto, escuchando las necesidades de ambas partes, y teniendo un poco de comprensión y generosidad, siempre se encontrará un camino correcto.
Las opciones para pasar las Navidades en pareja
Además de la ya comentada rotación, voy a mencionar otras posibilidades muy válidas para que una pareja pueda celebrar la Navidad junta sin tener conflictos, ni internos ni externos.
Juntar a las familias políticas en un espacio neutro
El mejor espacio neutro que se me ocurre es la casa de la pareja. Si sus padres respectivos se llevan bien, pueden perfectamente contemplar la opción de invitarlos a una cena de Navidad conjunta. También se puede reservar un restaurante. No tiene por qué ser una solución recurrente, pero puede resolver el problema al menos algún año de vez en cuando.
Ir siempre con la familia de uno de los dos, si al otro le da igual
Por suerte, no todo el mundo tiene el mismo interés por la Navidad, y hay personas que pueden perfectamente prescindir de juntarse con su familia cada año. Eso sí, como para cualquier otra decisión en la lista, tendrá que ser algo pactado, y no forzado. Por desgracia hay parejas donde una de las personas obliga a la otra a que las Navidades siempre sean con su familia. No me refería a una práctica poco sana como esa.
Navidades en pareja y sin la familia
Otra opción muy buena es simplemente montarse un viaje para esas fechas. Sí te vas con tu pareja para la Navidad, no tendréis que estar ni con su familia ni con la tuya, y además tendréis la excusa perfecta para justificar que no vais. Y ni siquiera hace falta que planeéis una escapada. Podéis simplemente decidir pasar esos días los dos juntos. Será vuestra decisión de pareja, y vuestras familias tendrán que entenderlo.
Pasar las Navidades por separado también es una opción
A veces la rotación no es posible porque hay tensiones entre tu pareja y tu familia, o entre tú y la suya. Al mismo tiempo, puede que la Navidad sea una fiesta muy importante para ambas familias, y que ninguno de los dos queráis perdérosla. En ese caso, y mientras sea una decisión concertada y aceptada por los dos, podéis pensar en la posibilidad de que cada uno vaya a pasar las Navidades con su propia familia. Y luego os podéis juntar para Año Nuevo y Reyes.
¿Y tú? ¿Cómo has resuelto el dilema de las Navidades en pareja? ¿Alternáis? ¿Pasáis de vuestras respectivas familias? ¿Siempre vais al mismo lado? ¿Cada uno va con su familia? Si tienes alguna solución innovadora, será genial descubrirlas. Y, mientras tanto, ¡Feliz Navidad a todos!