¿Qué frutas son buenas para la disfunción eréctil?

Qué frutas son buenas para la disfunción eréctilEl tema de los potenciadores sexuales y vigorizantes es un asunto que interesa a muchos hombres por su rendimiento sexual. De allí que sea bastante habitual buscar información sobre qué frutas son buenas para la disfunción eréctil. Desde aquí vamos a hablar del tema sin recurrir a soluciones milagrosas ni a mitos muy extendidos. La psicología, cambios hormonales, el estilo de vida y algunas enfermedades pueden afectar la libido masculina, y es necesario entenderlos para encontrar una respuesta adecuada.

¿De verdad se soluciona la disfunción eréctil con frutas?

Son muchas las frutas que aparecen en listas de potenciadores sexuales masculinos, en particular la granada, la sandía, pero también el plátano, el mango o la frambuesa. Es cierto que el consumo de frutas suele ser bueno para la salud, porque aportan nutrientes esenciales como vitaminas, fibras, minerales y más. Algunas frutas pueden ayudar a mejorar la circulación sanguínea, y aumentar la energía. Indirectamente, todo eso puede incrementar ligeramente el rendimiento sexual, pero de allí a decir que el consumo de ciertas frutas puede solucionar la disfunción eréctil hay un trecho.

En realidad, las causas de los problemas de libido y de erección suelen ser elementos muy concretos en los que hay que trabajar, y que no desaparecen con tomar una fruta.

¿Cuáles son las causas habituales de la disfunción eréctil?

Causas psicológicas

El órgano sexual más importante es el cerebro. No hay que cometer el error de focalizarse únicamente en la parte mecánica del funcionamiento del pene, porque en muchos casos el problema no tiene nada que ver con la fisiología.

El estrés, el cansancio o la pérdida de interés por el sexo con la pareja provocada por la rutina pueden provocar una bajada de libido que a su vez causa disfunción eréctil. Cuando sucede, a veces el hombre se presiona excesivamente, aumentando su nivel de estrés y agravando el problema.

La situación se puede resolver con una mayor relajación, la búsqueda de nuevos escenarios con la pareja para romper la rutina, y, si fuera necesario, con consultar a un psicólogo para conseguir unas pautas de actuación.

Causas médicas

La reducción de la libido puede tener muchas causas fisiológicas. La bajada del nivel de testosterona, muy habitual con la edad, es una de ellas. Algunas enfermedades como problemas de tiroides, la diabetes o la obesidad, también pueden influir. Y no nos podemos olvidar de algunos tratamientos médicos cuyos efectos adversos son provocar una bajada de la libido.

En todos esos casos, lo recomendable es consultar con el médico para ver qué soluciones se pueden aportar. En algunas situaciones se puede plantear un tratamiento hormonal, en otras un cambio de medicación, etc.

El estilo de vida

Son muchos los factores que impactan la libido y que están relacionados con el estilo de vida. Por ejemplo, tanto fumar como beber alcohol pueden provocar situaciones de disfunción eréctil.

La práctica de deporte, que genera testosterona, es muy buena para la actividad sexual de los hombres. Además, estar en forma ayuda a sentirse mejor y potencia la autoestima, un factor psicológico importante. Y un metabolismo sano tiene una buena circulación, algo que también sirve para potenciar la actividad sexual.

Alternativas a las frutas para la disfunción eréctil

Más que frutas, si tienes curiosidad por investigar por la red verás como generalmente se mencionan algunas plantas exóticas, que supuestamente tendrían propiedades para tratar la disfunción eréctil. Se habla del Tribulus Terrestris, de la Miura Puama, del Ginkgo Biloba, del Panax Gingseng, del Shilajit y del Epimedium. Como siempre, te invito a que analices con cautela la composición y los estudios científicos asociados con esas plantas antes de tomar cualquier decisión al respecto.

Con lo que ya he contado antes, sabes que las causas de una disfunción eréctil pueden ser múltiples, y antes de ponerte a experimentar con plantas exóticas, probablemente sería recomendable hablar con un médico o un psicólogo para ver cómo resolver la situación.

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