¿Sabías que un gesto tan sencillo como abrazar podía mejorar tu vida en muchos aspectos? Seguramente lo habrás escuchado alguna vez, pero quizás no le hayas prestado mucha atención. En realidad, hay bastante evidencia científica para demostrar algunos de los beneficios de los abrazos, en aspectos tan diversos como la salud, las relaciones sociales o la vida de pareja. Y todo ocurre gracias a la generación de una hormona, la oxitocina.
Los beneficios de los abrazos vienen de la generación de oxitocina
Un estudio de 2005 relaciona un mayor nivel de oxitocina en las parejas que se abrazan a menudo. Pero, ¿qué es esa hormona?
La oxitocina se produce en el hipotálamo, y funciona como neuromodulador en el sistema nervioso central. Tiene efectos sobre comportamientos sociales y sentimentales, y también sobre patrones sexuales y la conducta parental.
Esa hormona se libera principalmente durante el parto y el amamantamiento, además de durante las relaciones sexuales. Y, como ya he comentado, hay estudios que sugieren que también se produce durante las caricias y los abrazos, que es el tema que nos interesa ahora.
Bajada de la presión sanguínea y de las pulsaciones
El mismo estudio que cité antes indicaba que los abrazos tenían como efecto una bajada de la presión sanguínea y de las pulsaciones. Eso, como puedes imaginar, es un efecto positivo para la salud, ya que las enfermedades cardiovasculares son unas de las principales causas de mortalidad.
Ahora bien, hay que hablar con prudencia. No estamos diciendo que los abrazos curan enfermedades cardiacas. Solamente que tienen un efecto positivo que reduce algunos de los síntomas normalmente asociados con problemas cardiovasculares (tensión alta y pulsaciones elevadas).
Uno de los beneficios más curioso de los abrazos: el impacto sobre la fidelidad
Tener un alto nivel de oxitocina parece frenar el riesgo de infidelidad por parte del hombre. Al menos eso es lo que indica un estudio de 2012 efectuado en hombres heterosexuales solteros y en pareja. Concretamente, el experimento consistió en que se acercara una mujer muy atractiva a una distancia muy cercana. Los hombres solteros que habían recibido oxitocina no se mostraron incómodos, pero los que tenían pareja sí, y se alejaron ligeramente. Sin embargo, en el grupo de control, los hombres con pareja que no habían recibido oxitocina no se alejaron.
Eso sugiere que la oxitocina podría tener un impacto sobre la fidelidad, al menos en el caso de los hombres heterosexuales.
Disminución del impacto negativo de los conflictos
Otro aspecto interesante del rol de los abrazos en las relaciones de pareja es que parecen suavizar mucho el impacto negativo de los conflictos. Concretamente, un estudio de 2018 se centró sobre parejas heterosexuales, analizando sus percepciones durante diversos días, y especialmente en aquellos en los cuales había surgido un conflicto. La principal conclusión es que si el mismo día del conflicto, la pareja se había abrazado, la percepción negativa de las personas era mucho más atenuada que en los días de conflicto sin abrazo.
Es cierto que uno podría simplemente decir que un abrazo es, de por si ya una señal de cierta forma de reconciliación, y por lo tanto más una consecuencia que una causa de la atenuación del sentimiento negativo. Pero de todos modos es interesante ver esa correlación.
Otro de los beneficios más interesantes de los abrazos: una mayor generosidad
La verdad es que hay un gran número de estudios sobre los efectos de la oxitocina, y uno de los que me ha parecido más interesante es su impacto sobre la generosidad. En concreto, en un estudio de 2017 se observó que las personas a las que se les daba oxitocina tenían un comportamiento más generoso.
El experimento consistía en compartir una cantidad de dinero, y las personas que habían recibido oxitocina resultaron un 80% más generosas que las que no.
Por lo tanto, abrazarse más a menudo puede ayudar a tener una mayor generosidad. De hecho, otro estudio del 2005 mostró que la hormona también refuerza la confianza.
Más abrazos, menos ansiedad social
Finalmente, quería citar otro estudio interesante sobre la oxitocina, concretamente la publicación de 2003 que relaciona esa hormona con una reducción de la ansiedad social. Es una prueba más de qué la oxitocina no solamente influye en las relaciones cercanas como el vínculo de los padres con sus hijos o de las parejas. También tiene un gran impacto en las relaciones interpersonales. Una persona con un mayor nivel de oxitocina se relaciona mucho mejor con los demás, y tiene menos ansiedad social, además de los elementos de confianza o generosidad que comenté antes.
Así que los comportamientos, bien habituales aquí, de abrazar a los amigos y tener contacto físico, sirven para tener unas mejores relaciones sociales. Escribo esas líneas en tiempos de pandemia, que no es precisamente el momento más adecuado para este tipo de contactos, pero no resta importancia al valor de los abrazos.
Y esos eran los cinco beneficios de los abrazos y de la oxitocina que quería compartir contigo. ¿Conoces alguno más? No dudes en compartirlo en la sección de comentarios.
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