Las propiedades del ajo hacen que esta planta tenga muchos beneficios para la salud, especialmente en la prevención de algunos cánceres. De allí a que algunos lo hayan convertido en un remedio milagroso, hay un trecho importante. Evidentemente, pese a sus beneficios, el ajo no es la panacea, pero aun así merece la pena repasar las ventajas de su consumo.
El poder de los bulbos para la salud: la familia Allium
El ajo, cuyo nombre científico es Allium sativum, pertenece al género de plantas con bulbo llamado Allium, en compañía de otros conocidos de nuestras cocinas como la cebolla, el puerro o la cebolleta.
Ya te habíamos comentado cuando te explicamos como comer sano, que el consumo de frutas verduras es muy saludable. Las investigaciones científicas demuestran que comer verduras reduce por ejemplo el riesgo de enfermedades cardiovasculares (ver el estudio de Bazzano LA, Serdula MK, Liu S). Los Allium son verduras, y por lo tanto tienen este beneficio general.
Uno de los beneficios del ajo es la prevención del cáncer
Pero más concretamente, se ha comprobado mediante estudios (You WC, Li JY) que el consumo de ajos, cebollas y otros miembros de la familia tiene un efecto protector respecto al cáncer gástrico. En otra investigación (Bianchini F, Vainio H) han encontrado que su consumo previene el cáncer del intestino, aunque para otros tipos de cánceres (mama, pulmón) no hay resultados concluyentes hasta ahora.
Se han hecho estudio más específicamente sobre la incorporación del ajo a la dieta, los cuales relacionan el consumo de esta verdura con una disminución del 50% del riesgo de cáncer de estómago y del 30% del riesgo de cáncer colorrectal. Aunque hay que matizar que los estudios se hicieron con un consumo muy significativo de ajo (18g por semana, es decir aproximadamente un diente de ajo al día).
En este punto, cabe recordar dos cosas importantes. En primer lugar, solo estamos hablando de una reducción del riesgo de contraer la enfermedad. Consumir mucho ajo no asegura el no desarrollar un cáncer, ni por supuesto tiene efectos curativos (como pueden dejar entender algunas webs poco fiables). En segundo lugar, consumir mucho ajo también tiene sus inconvenientes, como molestias digestivas, especialmente si se consume ajo fresco en ayunas.
Beneficios del ajo para la prevención de enfermedades cardiovasculares
La Asociación Americana del Corazón (American Heart Association o AHA) tiene el ajo dentro de su lista de alimentos con un cierto efecto protector para el corazón, de la misma forma que figuran las nueces, las legumbres, el soya o el té.
Otro beneficio bastante conocido del ajo es que tiene un destacado efecto anticoagulante. Por ese motivo, se suele recomendar a los pacientes que tienen una prescripción de medicamentos anticoagulante que evitan consumir ajo, para no amplificar el efecto y sufrir sangrados.
El ajo también contribuye a bajar la tensión arterial, al igual que el consumo de potasio, fibras o nueces. El consumo de ajo eleva la síntesis de óxido nítrico, una sustancia que es un potente vasodilatador.
Además ayuda a reducir el colesterol, aunque los estudios muestran que se trata de un efecto muy leve.
Propiedades del ajo contra las infecciones
Uno de los beneficios del ajo más conocido desde tiempos muy antiguos es su capacidad a combatir las infecciones. Aunque no es eficaz en todas las situaciones, en muchos casos concretos se ha podido medir un efecto positivo del ajo. Por ejemplo, en este estudio de Karuppiah P, Rajaram S que mostró como Allium sativum inhibía bacterias multi-resistantes.
Por eso es tan frecuente que, en muchas familias, se recomiende el consumo de ajo para combatir cualquier tipo de infección. Es uno de los casos en los cuales los consejos de la abuela y los remedios caseros están basados en una realidad científicamente comprobada.
El efecto antioxidante, otro de los beneficios del ajo
Otra propiedad que se le atribuye al ajo es de ser un potente antioxidante. Es cierto que el tenor de Allium sativum en elementos antioxidantes es más elevado que en otras verduras. Pero hay que tomar en cuenta otro factor. Las cantidades de ajo que se consumen son muy pequeñas. Por lo tanto, otras verduras acaban teniendo un mayor efecto antioxidante porque pese a una concentración menor, las cantidades ingeridas son mucho mayores.
Los dos principales compuestos con efecto antioxidante que contiene el ajo son S-alil-cisteína y alicina. Si no los sabes, los antioxidantes neutralizan los radicales libres, unos compuestos que causan daños en el organismo.
Mejor crudo que cocido
Como la mayoría de las frutas y verduras, el ajo pierde un porcentaje de sus propiedades si se cocina. Por eso es recomendable consumirlo crudo, o añadirlo en el último momento en la preparación cocinada, para que la pérdida de propiedades sea la menor posible. Pero, lo cierto, es que el ajo crudo es más difícil de digerir.
Inconvenientes del ajo
Después de listar esos beneficios, es justicia hablar de los puntos negativos del ajo. En primer lugar, como todo el mundo conoce tiene un sabor muy fuerte, que incluso puede provocar mal aliento. Aunque no se trata de un problema de salud, sí que puede representar alguna complicación para la vida social de una persona que consuma mucho ajo.
En segundo lugar, la contrapartida de su efecto anticoagulante es que un gran consumo de ajo es incompatible con la toma de medicamentos anticoagulantes (por riesgo de sangrado), y tampoco se recomienda un consumo importante antes de una cirugía.
Finalmente, como ya comentamos antes, consumir mucho ajo puede producir dolor de estómago y problemas digestivos.
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El ajo es de gran ayuda para el cáncer así como para otras enfermedades, claro que tampoco se debe de exagerar en su consumo ya que puede tener consecuencias y hoy en día considero que es necesario tomarlo en cuenta dentro de nuestra alimentación para mantenerse sanos.